PAG. 10 *EL ULTIMO ENCUENTRO (EL DIARIO)*

Redacción7R | Pagina 10.

«Una llamada a las 6:00 am en casa de Ulises hizo sonar el teléfono, éste no logró contestar a la primera, el teléfono insistente sonó otra vez, Ulises un poco adormilado descolgó el teléfono en esta ocasión, y Contestó.-Si diga.

Una mujer al otro lado de la línea telefónica le contestó;

Hey! Perdón sé que no son horas para llamar,-lo sé, sabía que estarías ahí, por eso llame, te extraño tanto que solo necesito escuchar tu voz, para saber que todo estará bien, perdón sé que no es lo correcto pero después de verte hoy algo en mí se encendió, volví a recordar tus besos, volví a sentir tu respiración en mi alma, Volví a sentirme viva, no sé qué me pasa, estoy cansada de caminar, no sé a dónde voy sin ti…

-Eres tu Danna, ¿Qué tienes? -Dime

-Perdóname, ya no aguanto más…¡Lo siento!….Solo quería escuchar tu voz, pues me hace tan feliz escucharte, -te extrañe desde aquel día que te perdí.

Recargada sobre la sala, solo iluminada con la luz de su celular, con lágrimas en los ojos, colgó el teléfono y no paró de llorar, Una vez más estaba ahí sufriendo las penas de su vida. Ulises un poco extrañado de la llamada, se sentó sobre la cama y pensó en ella, en el tono de su voz, y algo le preocupo, pues Danna en verdad la estaba pasando mal. Se levantó tomó el teléfono y marcó al número telefónico que le había escrito en el papel, pero algo lo detenía, aun así decidió marcarle, después de tres intentos fallidos dejo de insistir. Danna no contestó las llamadas.

Pensativo se recostó sobre la cama mirando al techo, Se imaginó la sonrisa de Danna y se preguntó -¿Qué está pasando en tu vida Danna?. Se levantó y se fue a duchar. Ya faltaba poco que amaneciera.

Cada vez más el sol se asomaba a la ventana, Danna estaba cansada y adolorida se levantó lentamente, se paró frente a la ventana, el sol le acaricio el rostro y cada rayo que tocaba su cuerpo, le daban fuerza suficiente para seguir adelante…

Con los zapatos en sus manos, se metió al cuarto donde Gabriel descansaba, se despojó las ropas y observó a Gabriel quien seguía dormido, lo miro fulminante y camino suavemente hacia él, deslizo sus manos sobre las sabanas y le movió una mano, se sentó a su lado y el hombre no despertó.

Decidió tomar una ducha, su cuerpo frágil y su pensamiento en ese momento solo pertenecían a un solo hombre, abrió la llave de la regadera y al caer las gotas de agua sobre su cuerpo, le recordaban a las manos de Ulises, mientras se tocaba el rostro, recordó aquella vez que Ulises la conoció…

Autor: Armando Santana (@armdotweet)

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