CIUDAD DE MÉXICO.-Sentado en una silla de madera bajo la sombra de una sombrilla tal vez, disfrutando del sonido de las olas del mar, con el cuerpo semidesnudo, sin camisa y en Calzoncillos, cerrando sus ojos, haciendo referencia a la Isla de Poros, Publico el escritor mexicano y líder estudiantil la fotografía donde su mensaje en hebreo y español; No me dejes o no me abandones, dejó el último aliento pensando en el Salmo de David.
El cual dice lo siguiente:
Señor, en ti busco protección;
¡no me defraudes jamás!
¡Líbrame, ponme a salvo,
pues tú eres justo!
Dígnate escucharme, y sálvame.
3 Sé tú mi roca protectora,
¡sé tú mi castillo de refugio y salvación!
¡Tú eres mi roca y mi castillo!
Dios mío,
líbrame de las manos del malvado,
de las manos del criminal y del violento,
pues tú, Señor, desde mi juventud
eres mi esperanza y mi seguridad.
Aún estaba yo en el vientre de mi madre
y ya me apoyaba en ti.
¡Tú me hiciste nacer!
¡Yo te alabaré siempre!
Leído lo anterior, como dijo la escritora ángeles Mastreta:
Luis González de Alba, digo con enorme tristeza, se quitó la vida en la que tantas libertades se dio y que con tanta lucidez contagiaba.
— Ángeles Mastretta (@magamastretta) 3 de octubre de 2016
Ciertamente su vida es como el mismo relato en su libro «Cielo de Invierno» donde dos amantes recorren las islas griegas aún sin verse.
Un hombre que ha “cambiado tres veces de cuerpo” en los años transcurridos desde entonces, visita los lugares que le recuerdan a su amante. Pero recordar no es la palabra precisa, pues la isla donde inicia su viaje jamás la recorrió con el hombre que por él buscó la muerte. Y los lugares que le son familiares los vuelve a vivir con la intensidad de la primera vez. Y es que esos lugares y su gente, la comida y la música, el lenguaje y la poesía fueron otros tantos regalos que recibió del hombre que lo amo hasta modelarlo, como un contemporáneo Pigmalión. Las coordenadas, no podían ser otras, son las de las islas griegas.
González de Alba fue uno de los líderes del movimiento estudiantil del 68 en México. Este domingo, 2 de octubre, se cumplen 48 años de la matanza de Tlatelolco, la intervención del ejército en la Plaza de las Tres Culturas a punta de metralleta para cortar una etapa de movilizaciones a favor de la democracia. El escritor fue detenido ese día y encarcelado dos años.
Luis González de Alba escribió su primera novela, Los días y los años, en la cárcel de Lecumberri, donde se encontraba por haber sido dirigente del movimiento estudiantil de 1968 en México. Entre sus libros más recientes cabe mencionar la novela Cielo de invierno, el ensayo Las mentiras de mis maestros y la obra de divulgación científica El burro de Sancho y el gato de Schrödinger.
Hoy decidió que este fuera su último día sobre la faz de la tierra. Descanse en Paz Luis González de Alba.